Con motivo del comienzo
del nuevo Prácticum, me dispongo a hablaros sobre el proyecto de lectura que
lleva a cabo el colegio Jaime I de San Vicente del Raspeig, centro donde
realizo dichas prácticas.
Este proyecto lleva ya
varios años en marcha a través de un sistema de incentivos basado en “felicitadores”
en forma de cromos, por ejemplo, y un pasaporte de lectura en el cual los
acumulan. Es una manera muy atractiva para hacer que la lectura sea un placer
para los alumnos y no una obligación, como suele ocurrir a estas edades
tempranas.
Es por esto que desde
bien pequeños, incluso en los cursos de infantil se les realizan los carnés
lectores para que puedan pedir sus préstamos de libros cada martes y jueves,
días en que el servicio de la biblioteca está en funcionamiento.
Al final de cada
trimestre se hace un reconocimiento a los lectores más activos entregándoles
alguna gratificación pero, siempre insistiendo en que el mejor regalo posible
es la propia lectura de esos libros.
Desde mi vivencia
personal puedo comentar que es muy satisfactorio ver cómo alumnos de tan sólo seis años se agolpan en la puerta de la biblioteca para devolver sus libros y tomar
prestados otros, diciendo algo así como “mira qué libro más chulo he leído” y
mostrándote algunas de sus páginas con un gran entusiasmo.
Sin duda se trata de un
proyecto envidiable que está teniendo mucho éxito y que debería servir de
ejemplo al resto de centros escolares ya que se fomenta el hábito lector motivando
a los alumnos a disfrutar de las lecturas.
Para finalizar, os
adjunto el enlace de una noticia publicada por el periódico “El Raspeig” en
octubre de 2011 en la que se hablaba sobre este proyecto por si os interesa
ampliar la información dada.