sábado, 28 de septiembre de 2013

El juego dramático en la Educación Primaria: Isabel Tejerina

El artículo El juego dramático en la educación primaria de la autora Isabel Tejerina Lobo expone en primer lugar en el apartado de introducción, que se ha de distinguir el teatro de la expresión dramática, la cual  ha tardado veinte años en aceptarse oficialmente. Esto conlleva un cambio de mentalidad, ya que su puesta en práctica correctamente será posible si se reconoce la eficacia del juego  en el aula y el docente está debidamente formado a nivel teórico,  metodológico y educacional.

En segundo lugar, la escritora comenta que la terminología se debe a la convergencia de las prácticas anglosajonas y francófonas  creando en España el concepto de “creatividad dramática”. Señala que hay que tener en cuenta la variedad y ambigüedad léxica  y enfocar el término como un juego expresivo y comunicativo.

A continuación, habla de los conceptos y fines del juego dramático. Comenta que es una técnica pedagógica inaugurada en los años 30 por Leon Chancerel y que ésta ha participado en los movimientos de renovación de la escuela.
Isabel  comenta que la dramatización no va sola sino que, es la preparación previa al teatro, pero existen múltiples concepciones enfrentadas que se tienen entorno a esta práctica: algunos centran la atención en las dotes artísticas y en la formación actoral del alumno y otros, en el desarrollo personal y en la satisfacción de las necesidades expresivas.
La autora está alejada de la concepción teatral y defiende que van a formar parte del mismo proceso de descubrimiento que el juego dramático marca, las actividades que se van a llevar a cabo en el aula y la agrupación de recursos y prácticas convergentes como son la expresión corporal y expresión lingüística. Esta acción se refleja mediante el lenguaje corporal o verbal y los jugadores pueden actuar de modo directo o con elementos simbólicos.
La autora nos hace ver que con esta práctica educativa e integradora el niño mejora sus relaciones personales ya que descubre múltiples posibilidades expresivas y manifestaciones comunicativas que recrean la realidad, amplían su mundología,  despiertan su felicidad y definen su personalidad.

Isabel concluye el artículo remarcando que la dramatización te permite el desarrollo individual y colectivo donde no hay escenario ni espectadores. Además de que la dramatización busca la satisfacción en la actividad misma y en la calidad del proceso mediante el juego y la participación física y emocional del niño.

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